Ofrecer habilidades, virtudes y fortalezas a nuestro alumnado es uno de los principales objetivos que nos planteamos desde el CES S. Ramón y Cajal. Con este fin, hemos diseñado un perfil competencial, formado por 15 habilidades profesionales, con las que esta institución educativa se siente identificada y mediante las cuales poder ofrecer una
formación más completa y de calidad a la sociedad. Vivimos en un entorno educativo y profesional cada vez más exigente, donde la autodisciplina, la gestión del tiempo y la capacidad de resolver problemas de manera autónoma, entre otras muchas competencias, son habilidades cada vez más valoradas y demandadas. Así pues, resulta crucial entender y fomentar estos hábitos desde temprana edad.
La tercera competencia que queremos abordar este curso es la de Respuestas Éticas. Acción social y empatía.
El compromiso social resulta fundamental para construir comunidades más solidarias y justas. Sus acciones implican actividades que buscan abordar problemas sociales y promover el cambio, fomentando la conciencia sobre las desigualdades y creando un sentido de solidaridad entre las personas. Por otro lado, permite comprender y compartir
las emociones de los demás, lo que motiva a las personas a involucrarse en iniciativas que ayudan a quienes lo necesitan.
Aquí se detallan algunas de las razones más importantes por las que es fundamental impulsar esta competencia
- Fomento de un ambiente de respeto: es importante promover un ambiente de respeto y dignidad. Cuando las personas actúan de manera ética, se establece un clima de confianza que facilita el aprendizaje y la colaboración
- Toma de decisiones: la ética nos guía en la toma de decisiones y en la realización de acciones, ayudándonos a discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Esto es fundamental en un mundo donde las decisiones pueden tener un impacto significativo en la vida de otros.
- Responsabilidad social y conciencia colectiva: debemos ser responsables de nuestras acciones, fomentando un sentido de deber hacia los demás y el entorno.
- Solidaridad: la acción social crea un sentido de comunidad y solidaridad. Al trabajar juntos por un objetivo común, las personas desarrollan lazos más fuertes y un sentido de pertenencia.
- Empoderamiento: participar en acciones sociales empodera a las personas, dándoles un sentido de pertenencia y la capacidad de influir en su contexto. Esto puede llevar a un mayor compromiso cívico y a la participación en la democracia.
- Reducción de conflictos: Al practicar la empatía, es más probable que busquemos soluciones pacíficas a los conflictos. Comprender las perspectivas de los demás puede ayudar a encontrar puntos en común y resolver diferencias.
- Promoción de la inclusión y la diversidad: resulta imprescindible fomentar un enfoque inclusivo que valore la diversidad. Esto ayuda a crear un mundo donde todos se sientan valorados y respetados, independientemente de su origen, cultura o capacidades.
- Mejora del rendimiento académico y laboral: un ambiente basado en principios éticos puede mejorar el rendimiento académico y laboral de las personas. Los estudiantes que se sienten seguros y respetados son más propensos a participar activamente en su aprendizaje y a alcanzar su máximo.