Os compartimos los relatos ganadores del I Concurso de Escritura Creativa 23/24 “Leyendas escolares de terror

El poder de la valentía

Era una noche oscura y lluviosa en el centro CES S. Ramón y Cajal. Los pasillos
estaban desiertos y el silencio reinaba en cada rincón. Sin embargo, existía un lugar en el
centro que ocultaba un oscuro secreto: el salón de actos. Durante el día, el salón de actos era
un lugar bullicioso y lleno de vida, donde los estudiantes ensayaban obras de teatro,
realizaban conferencias y celebraban eventos especiales. Pero cuando caía la noche, una
extraña energía parecía apoderarse del lugar, transformándolo en un escenario siniestro.

Los rumores comenzaron a circular entre los estudiantes. Algunos decían haber
escuchado susurros inquietantes procedentes del salón de actos durante la noche. Otros
afirmaban haber visto sombras moviéndose en las butacas vacías. Los más valientes se
aventuraron a entrar en el salón para descubrir la verdad, pero ninguno regresó.

Una noche, una estudiante valiente y curiosa, decidió enfrentarse a los misterios del
salón de actos. Armada con una linterna y su coraje, se adentró en la oscuridad del lugar
prohibido. El sonido de sus pasos resonaba en el silencio sepulcral. A medida que avanzaba
por los pasillos del salón, sentía cómo la temperatura descendía drásticamente y un escalofrío
recorría su espalda. Las butacas vacías parecían observarla con ojos invisibles y la sensación
de ser observada se volvía cada vez más intensa. De repente, un susurro incomprensible
resonó en sus oídos. La chica se detuvo y trató de localizar el origen del sonido, pero todo lo
que veía eran sombras danzantes en las paredes. El miedo comenzó a apoderarse de ella, pero
su determinación la impulsó a seguir adelante. Llegó al escenario y se encontró con un viejo
atril cubierto de polvo. Una ráfaga de viento helado hizo que las cortinas se agitaran
violentamente, revelando una figura pálida y etérea en el fondo del escenario. Era el espíritu
del estudiante perdido, cuyos deseos de venganza lo habían atado al salón de actos.

El espíritu avanzó hacia ella con una mirada llena de ira y desesperación. Sin
embargo, en lugar de atacarla, comenzó a contar su triste historia. El estudiante había sido
víctima de una injusticia y su espíritu quedó atrapado en el salón, buscando justicia y
venganza. Con lágrimas en los ojos, la chica comprendió la angustia del espíritu y decidió
ayudarlo a encontrar la paz. Investigó la historia del estudiante perdido y descubrió la verdad
detrás de su tragedia. Con valentía, confrontó a los responsables y logró que se hiciera
justicia. El espíritu agradecido finalmente encontró la paz y desapareció del salón de actos.

Desde aquel día, el lugar dejó de ser un foco de terror y se convirtió en un espacio lleno de
vida y alegría nuevamente.

La historia del salón de actos del centro CES S. Ramón y Cajal se convirtió en una
leyenda que los estudiantes compartían con asombro y respeto. La valiente estudiante se
convirtió en una heroína para todos, recordándoles que el valor y la compasión pueden
superar cualquier miedo. Y así, el centro CES S. Ramón y Cajal continuó siendo un lugar
donde los sueños se hacían realidad, pero también un recordatorio de que incluso en los
lugares más oscuros, siempre hay una luz de esperanza que puede iluminar el camino hacia la
redención.

L. L. M. (BACH2)

La nota fantasma

Dice la leyenda que, hace treinta años, el día 31 de octubre de 1993, un alumno de la
CFGB 2 SA se preparaba para el examen más importante de su vida, ya que, si suspendía,
repetiría de curso. El examen era muy complejo, pero Bernardo estaba muy convencido de
que iba a aprobar el examen, porque llevaba varias semanas atrás preparándose. Después de
hacer el examen, Bernardo salió muy satisfecho de cómo le había salido.

A los tres días, el 3 de noviembre de 1993, el maestro cita a Bernardo a última hora en
su despacho para comentarle la nota del examen. El maestro de Matemáticas le dice su nota.
Bernardo esperaba al menos un 7, pero cuando le enseña su examen ve que su nota real era
un 2.3. No le alcanzaba ni para la media de los demás exámenes. Bernardo, del susto, se
quedó paralizado y se desmayó, cayendo al suelo, desplomándose.

Cuando el profesor de Matemáticas fue a ayudarlo, vio que no tenía pulso y llamó
rápidamente al profesor de Filosofía, pues, aparte de compañeros de trabajo, eran amigos
íntimos. Cuando llega el maestro de Filosofía, este le cuenta lo que había pasado. Le dijo que
le ayudaría a mover el cuerpo tras veinte minutos pensando qué podían hacer. Lo llevaron al
aula de mantenimiento, sabiendo que ningún compañero ni ningún profesor bajaría ahí
porque solo hay trastos y está todo lleno de polvo. Los profesores no contaron con que una
alumna del centro llamada Sara los había visto sacando el cuerpo del aula.

Sara los siguió discretamente escondiéndose en las clases de los pasillos e intentando
no hacer ruido. Cuando vio dónde habían dejado el cadáver, entró interesada para saber qué
había pasado. Al ver que no respiraba, corrió rápidamente para decírselo a todos sus
compañeros y maestros. Sin embargo, los profesores desmintieron esa información y todos
creyeron a los profesores.

El maestro de Matemáticas, pasados unos días, entró en su despacho. Tras sentarse,
mientras comprobaba las notas de los exámenes para pasarlas a ordenador, vio que Bernardo
había sacado un 8.5; más que suficiente para pasar de curso, y ese secreto se lo guardaron
para siempre el maestro de filosofía y él…

A. P. G. (CFGB2)

El pasillo

En un tranquilo pueblo, había un instituto llamado CES S. Ramón y Cajal. A primera
vista, parecía un instituto normal y corriente, pero entre la gente circulaba terribles historias
sobre el lugar y su oscuro pasado. Había una leyenda que decía que el instituto había sido
construído sobre un antiguo cementerio y que los espíritus de los difuntos aún acechaban los
pasillos y las clases. Los estudiantes aseguraban haber oído susurros misteriosos y voces
siniestras en las sombras. Los profesores más ancianos decían haber visto sombras que se
movían por los pasillos vacíos en mitad de la noche.

Una noche, un grupo de estudiantes decidió explorar el edificio después del horario
escolar. Ellos solo se aventuraron al sótano del instituto. Allí descubrieron una puerta secreta
llena de telarañas que llevaba a un oscuro pasadizo subterráneo. Intrigados y temerosos,
decidieron adentrarse en el pasadizo. A medida que avanzaban por el pasadizo, notaron que
las paredes estaban cubiertas de extraños símbolos y jeroglíficos. Los estudiantes comenzaron
a sentir una extraña presencia a su alrededor y el aire se volvió muy frío. De repente, oyeron
pasos detrás de ellos, pero, cuando se volvieron, no había nadie.

Finalmente, llegaron a un cuarto subterráneo iluminado por antorchas. En el centro de
la sala, encontraron un antiguo altar con huesos humanos y calaveras. Los murmullos se
hacían más fuertes y las sombras empezaban a tomar forma. Los chicos se dieron cuenta de
que habían entrado en el lugar de una presencia maligna que había sido invocada en el
pasado. En ese momento, un viento helado apagó las antorchas, dejándolos a todos en la
oscuridad. Los estudiantes comenzaron a gritar; no podían ver nada. Algunos sentían manos
frías tocándoles, mientras que otros decían que oían voces que les animaban a unirse a los
espíritus atrapados en el instituto. Aterrorizados, los estudiantes lucharon por encontrar la
salida. Finalmente, lograron llegar al pasadizo y, una vez fuera, la puerta secreta se cerró tras
ellos. Juraron no volver a entrar nunca más en el sótano del instituto.

Aunque los estudiantes lograron escapar, sus vidas nunca volvieron a ser las mismas.
Las pesadillas de aquella noche los atormentaron por el resto de sus vidas y el instituto
continuó siendo un lugar donde los espíritus acechaban en las sombras, esperando a que
alguien más se aventurara a sus oscuros secretos.

L. H. M. (ESO3)

El misterio de las 00:00

Cuenta la leyenda que, en el instituto CES S. Ramón y Cajal, ocurren cosas
inexplicables a las 00:00. Unos dicen que se debe a los maestros que trabajaron allí hace 80
años, otros dicen que es una niña de aspecto horroroso que busca venganza, pero yo creo que
no es nada de eso. Mi nombre es Lucas Vázquez; soy investigador de hechos paranormales y
he venido a este centro escolar para investigar el misterio.

Hoy iré por primera vez a ver los hechos. He quedado con el director, el cual dice que
había captado algo con cámaras y sensores a las 00:00 repetidos días. Según se sabe, hace 80
años en el centro hubo un incendio en el que hubo varios fallecidos; eso me da algo que
pensar… aunque no estoy seguro.

  • Director: ¡Hola! Soy Tomás, el director del centro escolar CES S. Ramón y Cajal.
  • Lucas: Encanto, Tomás. Yo soy Lucas Vázquez, el investigador del caso de su
    instituto. ¿Podría contarme más sobre el tema?
  • Director: Llevamos unos meses con ocurridos y hechos bastante anormales en los
    pasillos de la ESO; las cámaras han captado ruidos y figuras extrañas.
  • Lucas: Entiendo. ¿Es verdad que solo ocurre a las 00:00?
  • Director: Sí. Solo a esa hora y es bastante extraño.
  • Lucas: Esta noche llevaré a mi equipo a los pasillos y veremos qué pasa.
  • Director: Cuenta con la ayuda del centro. Le supervisaremos por las cámaras.

Lucas y su equipo colocan unos pequeños sensores en los pasillos que le avisarán si
aparece algo o alguien. Se esconden y esperan dicha hora en la que ocurren las cosas.
Entonces, los sensores empiezan a pitar y la temperatura a bajar. Ya son las 00:00. Lucas
intenta usar una caja espíritu para hablar con lo que haya ahí dentro con él. Cuando, de
repente, suena una voz que dice “¡muere!” y Lucas cae al suelo con el cuello roto. El director
inmediatamente avisa a las autoridades y todo acaba a las 00:01.

El misterio empeoró y jamás fue resuelto…

H. A. R. (ESO2)